24.7.12

Amor,


A veces las cosas comienzan de una forma distinta a lo que siempre habíamos conocido, a veces las cosas pasan sin que nos demos cuenta y terminan convirtiéndose en cosas más grandes de lo que esperábamos. Curiosamente, recuerdo el 20 de enero de una forma muy clara, y no es por el poco tiempo que ha pasado desde entonces, es por la relevancia que ese día ha adquirido en mi vida, lo importante no es tanto el día, lo importante eres tú. Sabes muy bien la fe que yo tengo en Dios, y hoy, creo que Dios te mandó a mi vida. Te mandó a hacerme muy feliz, a hacerme fuerte, a darme valor, a enseñarme a querer, a perderle el miedo al te amo, a ayudarme a crecer como persona, a enseñarme a extrañar, a enseñarme a sentir celos, a enseñarme que también es bueno llorar, que no importa que duela cuando se quiere así, a quitarme la pena, a ser parte de mi luz, a formar parte de mi sonrisa, de mis lágrimas, de mi piel, de mi cuerpo, de mis palabras, de mis pensamientos, de mis sentimientos... De mí.

Contigo reafirmé que el tiempo es totalmente relativo, no importa si son unas horas, un día, un mes, un año... O seis meses, lo importante es disfrutar, lo importante es compartir, lo importante es saber que ese tiempo que estás viviendo con esa persona especial no va a volver y aferrarte a él, aferrarte a vivirlo. Jamás podría arrepentirme de esto, de todo lo que me haces sentir, de que te hayas metido tan dentro de mí, de lo mucho que te quiero, de la relevancia que tienes en mi vida, de lo esencial, de lo trascendente, de lo intrascendente, de lo importante, de lo estúpido, de tanto pensarte, de lo enamorado que me siento. He escuchado que algunas historias de amor no son historias épicas, son historias cortas, pero eso no las hace menos llenas de amor.

Me quedo con todo lo que me has dado, me quedo con tu sonrisa, con tu mirada, sabes que adoro la forma en la que me miras, con nuestras risas, con tus besos, con nuestros chistes, con mis manitas, con nuestras canciones, con nuestras noches, con nuestros días, con mi despertar a tu lado, con el día en el que acepté volver a salir contigo, con el día en que nos hicimos novios, con las noches de antro, con nuestros bailes juntos, con el primer te quiero, con cada te quiero, con como piensas en mi, con los Cabos, con nuestra primera vez, con todas nuestras veces, con mis osos, con tus osos, con Monterrey, con la confianza, con como sobresaliste de la gente el día que me fuiste a ver bailar y vi que me sonreías a través de todos, con tus amigos, con mis amigos, con tu poder de convencimiento, con el día que amanecí en tú casa con tú familia, con tu voz, con tu hola al contestar el teléfono, con tus palabras de amor, con tu inteligencia, con tu empatía por lo que te rodea, con Laguna, con nuestras pláticas kilométricas, con tu preocupación por conocerme, con mis lágrimas, con las burlas, con cómo me procuras, con los enojos, con querer que quiseras lavar los platos, con tu gusto por mi olor, con tu cuerpo, con tus gustos, con mi bikes, con tus aspiraciones, con nuestras noches de sushi, con nuestras frases, con tu sinceridad, contigo tratando de bailar folklore, con tu creencia que el Alejandro que usa armazones es diferente al de lentes de contacto, con cómo me dices Alejandro... La lista podría seguir, siempre encontraré algo que agregar, pero en pocas palabras, me quedo con todo lo aprendido. Y sé que puedo sonar repetitivo, pero no hay lugar en el que no estés, estás presente en todos lados, todo me recuerda a ti. Y al voltear atrás, después de todo lo recorrido, no hay forma de agradecer tanto, de agradecerte tanto cariño, tanto amor, de agradecerte todo lo que hemos vivido.

Los dos vamos a estar bien, muy bien, es de esas cosas que sabes, como sabes que Dios existe, y no es cosa de que Dios venga a desayunar (almorzar) todos los días a tu casa, pero sabes... Y eso no significa que no me vayas a hacer falta, que no me seas necesario, que no quisiera que te quedaras, pero debes saber que permaneces en mi, siempre permanecerás en mi y en quien soy... Ya la vida dirá el resto.

Vida, esto no es una despedida, simplemente es una forma de plasmar un poco de lo mucho que siento y de lo mucho que me has dado, y que aunque pase el tiempo ambos podamos recordar lo que esto significa, aunque estoy seguro esta carta no será necesaria para recordarlo, para saberlo. Te deseo todo el éxito del mundo en esta nueva etapa que está por venir, recuerda que aquí estoy para ti, sin condiciones, sin excepciones, y sobre todo, como dirías tú, no olvides que te quiero hasta el hartazgo.

Siempre tuyo, Alejandro.

No hay comentarios: